#ElPerúQueQueremos

Primavera Cero en Gana Perú

Publicado: 2012-01-31

Si hubo meses clave en la campaña de Ollanta Humala, fueron noviembre y diciembre de 2010. Allí se configuraron varias de las decisiones que influirían en el rumbo posterior de la campaña electoral.

Los brasileros

Quincena de noviembre de 2010. En la presentación de un libro, me encuentro con una persona bastante cercana al entorno de Humala. Luego de los saludos de rigor, le pregunto por la campaña. Su respuesta fue "yo no estoy a cargo, son otras personas. Lo que te puedo asegurar es que están viniendo brasileros recomendados por el PT para apoyar a Ollanta". Fue la primera vez que escuché sobre la presencia de asesores cariocas en la campaña de Gana Perú.

En efecto, en noviembre estuvo por estos lares Felipe Belisario Wermus, conocido como Luis Favre, argentino - brasilero que era socio de FX Comunicações, empresa de marketing político que mantiene junto a Valdemir Garreta. Favre, como indica Carlos León Moya, no era un desconocido para la izquierda peruana:

Él había desarrollado cierto papel durante la campaña electoral para la Asamblea Constituyente de 1978. Algunos dicen también recordarlo en Lima en el verano de 1980, durante las negociaciones de la izquierda radical para una postulación conjunta de cara a las elecciones generales de ese año.

La llegada de Favre alborotó Gana Perú. De acuerdo con el relato de León Moya, quien iba a ser el consultor externo de Humala era Manuel Monereo, un español cercano a Izquierda Unida y miembro de la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales, organización más cercana a los países "bolivarianos".

Monereo compartía las ideas de varias personas del entorno de Humala de presentar un plan con lenguaje radical y estaba convencido de que el candidato tenía un piso de 20%. Para diciembre, el español estaba de vuelta en Madrid.

La estrategia brasileña

En Post Candidatos, León Moya describe los pasos tomados por los brasileros. En resumen, la estrategia planteada por Favre y Garreta tenía los siguientes pasos:

Trabajo más profesional: Para Favre, los estrategas peruanos "hacían más política que campaña", en alusión a la preocupación en el plan de gobierno y en ideas más radicales. Ellos incorporaron a la campaña investigaciones, lectura y conversaciones frecuentes con los dirigentes de la campaña.

Comprobación de la heterogeneidad del electorado peruano: Debía delinearse una estrategia que tuviera en cuenta los diversos públicos electorales en nuestro país.

Honestidad es la diferencia: Si Humala no tenía obras que exhibir, al no haber ocupado cargos públicos, había que resaltar una cualidad valorada en los focus: era quien podía hacer frente a la corrupción.

No bajar el nivel de la campaña: Ello implicaba no responder con insultos, ni asistir a programas de televisión que no fueran políticos salvo que fuera necesario (en la segunda vuelta esta regla se rompió, en primera vuelta solo hicieron la excepción con Magaly Medina) y machacar propuestas.

Convertir las propuestas en marcas: El trabajo de los brasileros era aterrizar un plan extenso, farragoso, con un lenguaje que traería problemas a cosas concretas: Cuna Más, Pensión 65, Beca 18, etc.

Deshumalizar al candidato: Si la marca "Humala" era identificada con rigidez y autoritarismo, había que suavizarlo. El candidato pedía que lo llamen Ollanta y que no lo identificaran como militar.

Medios: Humala y los candidatos al Congreso pasaron por media training para saber como responder ante periodistas que iban a ser acuiciosos con una candidatura que no les gustaba.

Spots: Lo veremos posts más adelante. pues merecen una mención especial.

Las alianzas

Habíamos señalado en un post anterior que la condición que Gana Perú ponía a posibles aliados partidarios era, además de la candidatura de Humala como punto no negociable, que estas agrupaciones tuvieran inscripción válida ante el Jurado Nacional de Elecciones.

El único partido que cumplía con esos requisitos era el Movimiento Nueva Izquierda. Pero el MNI tenía una estrategia propia, con varias opciones. Una era la alianza con el Partido Nacionalista. Otra era reeditar el éxito de la Confluencia de Lima en unión con Fuerza Social. Y otra opción era la del candidato propio. De hecho, según León Moya, ya a finales de octubre tenían algunas conversaciones con Manuel Rodríguez Cuadros, ex canciller en el gobierno de Toledo, para que sea su candidato presidencial.  En las tres variable, el MNI sería el paraguas de todos los grupos de izquierda, al ser el único con inscripción.

Así, en noviembre, el MNI tenía su propia guerra de posiciones con todos. Esperaba una respuesta del nacionalismo, mientras que negociaba en bloque como paraguas de la izquierda con el PNP. No descartaba una postulación con Rodríguez Cuadros pero éste quería una "alianza de izquierda" como plataforma principal de su candidatura. Y al mismo tiempo, formó una alianza con Fonavistas del Perú, grupo político formado a partir del referéndum para la devolución de los fondos de un fondo de vivienda estatal existente entre 1978 y 1996.

Para diciembre las cosas se decantaron. El MNI tuvo una negociación final con el PNP que quedó en nada. Varios son los motivos esgrimidos. De acuerdo con León Moya, los nacionalistas querían tener derecho a veto a los candidatos al Congreso designados por su posible aliado y los zurdos recordaban el maltrato que tuvieron en 2005, cuando Humala los choteó. Otra explicación complementaria, dada por Gustavo Gorriti, es que la gente del MNI calculó que Ollanta no tendría éxito, ya que existía un supuesto "veto" de Alan García a su elección. Al final, se terminaron yendo con Fuerza Social, con la historia ya conocida.

Paralelamente, Humala definió rápidamente sus alianzas regionales. Cuatro movimientos regionales que ganaron las elecciones en sus departamentos: Arequipa, Tradición y Futuro (Arequipa), Perú Libre (Junín), Bloque Popular (Madre de Dios) y Por el Desarrollo Regional (Poura). A ellos se sumaron Todas las Sangres (Apurímac), Mar Callao, APU (Cusco) y Poder Democrático Regional (Puno). Ello implicaría cuotas en la lista parlamentaria.

El lanzamiento

El 17 de diciembre de 2010, Humala lanzó oficialmente su candidatura presidencial. Ese día, presentó a su fórmula presidencial, conformada por la congresista Marisol Espinoza y el abogado Omar Chehade, quien lo había defendido en casos como Madre Mía y era parte de Ciudadanos por el Cambio.

Dos ejes fuertes ocuparon su discurso: lucha contra la corrupción y asegurar que los beneficios del crecimiento lleguen a todos los peruanos. Eso ya implicaba moderación. Y fue más allá con estas palabras:

Esta semana un ilustre peruano, nuestro Nobel Mario Vargas Llosa, refiriéndose a mi persona dijo ‘viene madurando’. Y es verdad. Han pasado cinco años de reflexión, de viajar por el mundo, de ver proyectos y procesos en desarrollo, y estamos madurando y estamos mejorando y estamos enriqueciendo nuestras propuestas nacionalistas.

Ese día, el ala izquierda de Gana Perú supo que estaba en problemas.


Escrito por

José Alejandro Godoy

Investigador en temas de democracia y derechos humanos. Editor del blog Desde el Tercer Piso. Columnista en Diario 16. Conductor de Pasando Revista en La Mula.


Publicado en

2011: Odisea de una campaña

Otro sitio más de Lamula.pe